lunes, mayo 29, 2006

editorial

Se nos fue Mayo, un mes lleno de conflictos y de tensiones para el gobierno de turno, mes en que se da una cuenta anual dirigida al país con más de lo mismo, nos ofrecen las mismas promesas que se nos han dicho durante los últimos 16 años. Se nos dan unas “migajas de pan” para tratar de saciar nuestra hambre por una sociedad más justa e igualitaria.

Presos políticos mapuches poniendo en riego su integridad física, trabajadores que luchan por un reconocimiento justo de sus labores que hacen que nuestro país produzca y se levante, estudiantes secundarios que exigen reformas a una educación cada vez más cuestionada y desligada del estado, peticiones como la gratuidad de la PSU, un pase nacional único otorgado de forma gratuita por el Estado, reformulación de la jornada escolar completa(JEC) y derogación de la ley orgánica constitucional de la enseñanza (LOCE).
Toda esta gama de demandas apuntan a un financiamiento mayor de la educación por parte del Estado, entonces nos nace la pregunta ¿Por qué no se distribuye de forma equitativa el excedente del cobre?

Por Cristóbal Varela

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